En entrevista con Carlos Marín para “El Asalto a la Razón”, la lideresa
del SNTE dijo que con la eliminación de esa palabra "perversa" de la
reforma educativa el gremio retiraría su objeción y sumarse al proyecto.
LA LIDERESA DEL SNTE EN EL ASALTO A LA RAZÓN.
Ciudad de México • La lideresa magisterial, Elba Esther
Gordillo, afirmó que la supresión de una sola palabra de la reforma educativa
permitiría al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) retirar
su objeción y sumarse sin reservas al proyecto.
“Es una
palabra, en mi opinión perversa, que creo estos que estuvieron en esa mesa
metieron y que hubo resistencia del PAN para que desapareciera, y del propio
PRD. Los dos partidos y yo creo que hasta el PRI: la permanencia. La
permanencia pervierte la propia evaluación, va contra la evaluación”, acusó.
En una
charla con Carlos Marín para “El Asalto a la Razón”, Gordillo se refirió así al
articulado de la reforma educativa que condiciona la permanencia de los
maestros en el sistema educativo a la evaluación obligatoria.
La
reforma fue aprobada ya por la mayoría de los congresos locales y se prevé que
la Comisión Permanente del Congreso de la Unión haga la declaratoria de
constitucionalidad en su sesión del miércoles, mientras que el Senado de la
República y la Cámara de Diputados discutirán las respectivas modificaciones a
la ley secundaria en el próximo periodo de sesiones.
En su
conversación con el periodista Carlos Marín, la presidenta del SNTE reveló,
además la decisión de transparentar el destino de los recursos del gremio, a
través de un observatorio ciudadano integrado por representantes de la
iniciativa privada y avalado por organismos internacionales.
“Creo que
en el mundo sólo hay tres y en ese observatorio tendremos que rendir cuentas de
los dineros y de lo que somos eficientes sindicalmente”, puntualizó.
Profesora, a mí me impone estar con una mujer que
lidera el mayor sindicato que hay en México, uno de los más grandes de América
Latina…Así es.
Casi un millón cien mil, doscientos mil trabajadores.
El caso es que a mí sorprende, profesora, haberle
escuchado en otras ocasiones, hace ya años o meses, una serie de expresiones
que yo diría que empatan plenamente, según yo, con la nueva ley de educación o
la reforma a la educación que ha promovido el presidente Enrique Peña Nieto. A
mí me sorprendió que hace unas semanas usted declarara no una guerra, pero sí
una especie de movilización pacífica o no sé cómo le llame, sin matar clases, a
una protesta contra esa reforma educativa. ¿Cuál es el conflicto? Usted
seguramente, hay qué deducirlo, está en contra de la calidad de la enseñanza,
en contra de la evaluación al magisterio, cosas que yo a usted la había
escuchado algo distinto. ¿Cuál es el problema?
Primero,
¿qué me interesa?, un principio de sentido elemental de cualquier maestro, del
maestro más modesto, de su dirigencia, como deber, también tenemos hijos, es
tener una educación de excelencia, de gran calidad, que nos permita en el
contexto mundial y nacional estar en condiciones de garantizar una vida en paz,
de garantizar armonía entre todos, de tener alta competencia, de poder acceder
a un empleo, de tener conocimientos, valores que son medulares. Entonces, sí
estamos con la reforma y no sólo estamos con la reforma, estamos de acuerdo con
los puntos por una razón elemental. Hace un momento, decías Carlos, que el
presidente Peña es su reforma. Yo quiero aclarar que es una reforma que surge
de un pacto donde está el PAN, el PRD y el PRI. Lamento muchísimo,
profundamente, que los señores del PAN por sus conflictos internos, de orden
político, no califico personas, pero por sus conflictos, no hayan estudiado un
poco y revisado a fondo lo que hicieron sus dos gobiernos, el del ex presidente
Fox y el del ex presidente Calderón. ¡Lo lamento! De los del PRD, bueno, ni lo
analizo más por una razón elemental: siempre han estado apoyando a la
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, a los que faltan y a los
que no les importa qué pase con México.
Es decir, el PRD normalmente ha estado asociado a
la CNTE y en contra de usted…
Así es,
pero no mía, en contra… yo creo que el problema ese ya no sólo es un problema
sindical, no es un problema intragremial; es un problema de gobierno, de
Estado, de Estado.
Ya iremos a eso, queda planteado, pero por lo
pronto le extraña que el Partido Acción Nacional se olvide, dice, de lo que
hicieron dos de sus presidentes: Fox y Calderón. ¿De qué se olvidan?
Con el
presidente Fox armamos el Instituto Nacional de Evaluación Educativa. Fue una
de las primeras grandes acciones, nada más que el Instituto de Evaluación lo
conformaba el SNTE, empresarios y la autoridad educativa. Lo que nosotros
pedimos después es que se volviera un órgano independiente.
Eso está planteado en la nueva ley…
Que fuera
independiente del gobierno e independiente del sindicato, que realmente le diga
tanto a la SEP como al sindicato en qué estamos fallando, no calificando,
evaluando, para ir corrigiendo nuestras deficiencias. Eso lo hicimos. Hicimos
la gran reforma a la secundaria, donde está nuestra crisis, y la hicimos con el
presidente Fox, siendo entonces secretario no un recomendado mío, ¿eh?, no
siendo alguien que yo tuviera nada que ver, que fue el doctor Reyes Tamez, con
quien logré establecer una relación de amistad, de afecto y de cordialidad.
Hicimos entonces algo que nos criticaron mucho, lo de Guía de Padres de
Familia; usted recordará, un programa ahí para orientar a los papás de su
responsabilidad.
Pero hubo
un evento de gran trascendencia, que se llamó el Compromiso Social por la
Educación. Este evento se celebró en Antropología e Historia y estuvo la crema
y nata de la sociedad mexicana, desde banqueros, empresarios, Televisa, TV
Azteca, Slim, don Roberto Hernández y gente común, intelectuales, mucha gente,
y ahí dijimos que la educación era tarea de todos, que era un compromiso y que
todos teníamos que entrar con seriedad. Yo creo que ese fue un magnífico logro
que nos permitió avanzar en esto y nos fuimos a perfeccionar el sistema de
carrera magisterial.
Con el
presidente Calderón también tuvimos avances muy importantes. Uno que me parece
medular, los consejos de participación social, que los padres de familia y
otros actores puedan incidir en el proceso de enseñanza, en el proceso
educativo, en que tengamos mejor relación con ellos, que podamos orientar a los
padres.
¿Otro
sería el concurso por las plazas?
No.
Bueno, ese fue una propuesta de nosotros, no fue del gobierno, que 50 por
ciento de las plazas definía a quién dárselas la SEP, y el otro 50 lo definía
el sindicato. Es un acuerdo que así tienen muchos sindicatos. Bueno, nosotros
dijimos, estamos cansados de que haya este argumento de que siempre nos
cuestionan que las plazas se venden, o las vende la burocracia…
El gobierno o el sindicato…
O las
vende mi burocracia, que la puede haber, y la combatimos, yo no estoy diciendo
que somos perfectos. Entonces dije, pongo mi 50, ponga la SEP su 50 y vamos a
hacer una evaluación de concurso.
¿Es con Alonso Lujambio con quien empieza a
tratarse esto de la evaluación?
Las cosas
de fondo, sí, sí, bajo palabra de honor, bajo palabra y no miento.
Qué lástima que se hubiera enfermado entonces,
porque con suerte no estaríamos en este conflicto.
Qué pena,
porque además no se deben olvidar ustedes de algo, qué pena, porque estuvimos
muchos meses sin secretario de Educación. Hubo un comisionado, que además era
el que manejaba la campaña, en fin, no me voy a meter a la política de alguien
que jugaba por la Presidencia de la República, pero con Lujambio fueron los
consejos de participación social, la evaluación y el gran problema que nos
metimos con los empresarios.
¿Entonces cuál es el problema con esta reforma? ¿Con
qué hacerla de tos, profesora?
No, no es
hacerla de tos. Hay un asunto que es medular, no hagas cosas buenas que
parezcan malas, no amenazas, exhorta. Los maestros no están para que los
amenacen.
¿Y dónde está la amenaza?
En una
palabra, en mi opinión perversa, que creo estos que estuvieron en esa mesa
metieron y que hubo resistencia del PAN para que desapareciera, y del propio
PRD. Los dos partidos y yo creo que hasta el PRI: la permanencia. La
permanencia pervierte la propia evaluación, va contra la evaluación.
Perdón, yo creo que una persona que no se desempeña
como se espera en su trabajo, pues ni hablar, que se dedique a tocar violín o
violón, que se dedique a otra cosa.
Sí, nada
más que hay reglamentos. Si las condiciones generales de trabajo, que desde
1943 están, hay que adecuarlas, las adecuamos, pero no las han querido revisar,
pero a ver, aclaremos: un maestro que falta, a sus tres faltas se le exhorta a
no faltar y se le descuenta. Un maestro que incide faltando otros tres días es
sujeto a cese, así lo marca la ley.
La rectoría del Estado en materia educativa, según
ha reconocido el secretario Emilio Chuayffet, la perdió. Ergo, la acaparó el
SNTE…
No, ¿por
qué? Que la recupere y que la recupere es que cumpla sus funciones entonces en razón
de qué. La rectoría del Estado también está marcada en el tercero
constitucional.
Pero, perdón, si el Estado perdió la rectoría,
¿quién rectoreó la ecuación?
Pues yo
no sé, que lo expliquen.
Algo debe saber. Usted tiene obligación de saber.
No, no,
no. Lo que yo puedo decir es que ha habido deficiencia en el manejo de la SEP.
¿Cuántos secretarios han pasado de Educación en varios sexenios? ¿Cuántos
pasaron con el presidente Salinas? ¿Cuántos pasaron con el presidente Zedillo?
¿Cuántos pasaron…? Con el único que mantuvimos uno los seis años fue con el
presidente Fox, y con el presidente Calderón, la que llegó en primer término,
llegó pensando en otro asunto, que no en la SEP, y luego el que se queda, se
nos enferma y se muere. Entonces, perdón, ha habido omisión de la propia
secretaría.
Pero a lo que me refiero, maestra, y le pido a
usted que sea muy directa en su respuesta, es si la rectoría del Estado la
perdieron los gobiernos tanto del priato como del panato, ¿quién rectoreó la
política educativa? Yo digo, pues Elba Esther Gordillo y su sindicato. Si no es
así, dígame quiénes se hicieron cargo de esa…
Yo creo
que el Estado mexicano ha sido omiso en su responsabilidad…
¿Por dejarle todo el poder a usted?
No,
ojalá. Y digo ojalá si se tratara de poder para hacer cosas. No, no. Si se
tratara para hacer cosas. No, no, vamos aclarando. Uno, primer asunto que el
Estado, en mi opinión, debe recuperar y debemos revisar a fondo. ¿Es la
educación la que está mal o es nuestro sistema educativo? Sí es la educación,
nada más que la educación es general, pero el sistema es una responsabilidad
del Estado mexicano y es un deber y una obligación de cualquier gobierno de
darla laica, pública, gratuita, popular y en todos los niveles. Segundo, que sí
sea de excelencia y de calidad, ¿por qué?, porque pasamos de una escuela
popular a una escuela moderna, a una escuela diferente, ya no estamos en el
siglo XX, sin embargo seguimos operando como en el siglo XX o siglo XVIII.
Entonces, lo que la SEP quiere es un cambio estructural, de a de veras y de
fondo.
Entre otras cosas, según su iniciativa. Los
profesores que sean evaluados y no den el ancho, pues está en riesgo su
permanencia.
Ahí sí
que me perdone, no coincido ni con el Presidente, ni con su mesa, ni con ellos.
Eso es lo que no podemos permitir, por una elemental razón.
Usted dice que no son responsables de la totalidad
del resultado del aprovechamiento escolar.
No, no,
no, no somos. Sí tenemos una parte medular, no lo dudo, para educar se requiere
del maestro, pero necesitamos nuevas tecnologías.
A ver, profesora, si me permite, ¿el problema
actualmente del sindicato frente a la reforma educativa se centra en la palabra
permanencia?
Sí.
Es decir, si no corrieran el riesgo los profesores
de, digamos, ser despedidos…
No
tenemos ningún inconveniente.
¿Y adelante la reforma?
Adelante
toda, adelante. Ya está, insisto.
El gobierno está enviando cartas a todo el
magisterio, diciendo que no corre ningún riesgo de perder sus fuentes
laborales…
De eso
tenemos que tener la garantía, nada más. Que esa palabra no esté.
Entonces que quiten la palabra….
Que la
revise el Congreso.
Quedaría en la Constitución, ¿verdad?
Además es
anticonstitucional, por muchas razones, hay una ley laboral, y entonces yo creo
que esa palabra, que además la discutí, la analicé en varios niveles, pues es
mi deber, fue mi deber antes de llegar a ese Consejo Nacional. Se los dije: no
es así, no puede ser. Si hay una frase en esa parte que dice “se respetarán los
derechos de los trabajadores, ta ta ta”, pero el solo hecho de la palabra a
cualquier maestro le genera incertidumbre, y al que vaya a ser maestro, lo
mismo.
¿Si quitan la palabra no hay problema?
No,
ninguno.
Es o no cierto que tienen razón quienes a propósito
de la reforma educativa han insistido, adversarios de usted, dentro y fuera del
SNTE, en poner en tela de juicio su liderazgo, su antidemocracia, su falta de
transparencia, o eso dicen, del sindicato, el manejo de las finanzas, y me
gustaría que usted me respondiera concretamente lo que le estoy diciendo.
Una, ni
soy líder moral, ni soy una líder permanente, ni los adjetivos que han puesto.
He sido electa, por voto secreto, ahí está, se demostró públicamente por mis
compañeros como dirigente. Yo soy dirigente que da la cara, no estoy atrás del
trono, y todo el tiempo que he estado es así.
Respecto
a la transparencia, acabamos de tener una gran reforma educativa, en donde
tendremos un observatorio que será único en América Latina, ya no digamos sólo
en México, y creo que en el mundo sólo hay tres, y en ese observatorio
tendremos que rendir cuentas de los dineros y de lo que somos eficientes
sindicalmente.
¿Una
reforma educativa dentro del sindicato?
No, no es
una reforma educativa dentro del sindicato.
¿Una reforma administrativa?
Una reforma
sindical, perdón, es que tú me intimidas más de lo debido. La reforma
estatutaria no la hemos dado a conocer, porque entramos a este conflicto, pero
tenemos una de las reformas de mayor trascendencia en el mundo gremial.
A ver, yo
que pago mis impuestos, ¿voy a saber, metiéndome a la computadora, a dónde va
cada peso del erario que llega, por vía de las cuotas al sindicato?
Sí, pero no sólo por una página de Internet, sino a
través de un observatorio que no tiene nada que ver con el sindicato y que será
de iniciativa privada y avalada por órganos internacionales.